Primero: Paraná, sábado 6 de septiembre de 2008. La Esquina Bar. 23 hs.
Segundo: Perdón, puedo? Bueno eeeee ... ... que decir. Todos aplaudimos algo pero creo que nadie entendió bien lo que pasó. Como que los jinetes del Apocalipsis nos pasaron por encima. ¡Un power trío de puta madre! (como dijo mi amigo Osvaldo Hallam y con quién tuve la suerte de presenciar semejante show). Fue como cuando te tocan la puerta, abrís y te pegan una trompada sin decirte nada. Todavía sangran mis oidos ... pero de alegría. La banda en cuestión: ERUCA SATIVA, grupo formado en agosto de 2007en la provincia de Córdoba (un fernet por favor, gracias). Dos chicas al frente y un muchacho en la retaguardia. En guitarra y voz Lula Bertoldi: con una viola Telecaster que fue sutil por momentos pero demoledora cuando los temas pedieron sangre, y una voz aguerrida sacada de las entrañas, como perfumada con los eternos blues del Mississippi. En el bajo y coros Brenda Martin: el Yamaha de 5 cuerdas me abrió el mate, que solidez!, que justeza!. Los arreglos exactos para cada ocasión, sus dedos no pararon de regalarnos notas y acordes, gracias. Por último, el señor de la batería Gabi Pedernera, que por su postura y manera de tomar los palillos me hizo recordar a gran John Bonham. El tacho y el bombo marcaron un tiempo que nadie quiso que se termine y empujó a la banda siempre hacia delante. La mayoría de los temas fueron laburados con tiempos irregulares, silencios imprevistos y finales sin epílogos, como hachazos. Esos en los que el público no sabe si aplaudir o quedarse con la boca abierta jajaja!. Si me preguntan por el estilo de ERUCA SATIVA ... y bueno hay hard, fusión, funk: sonó muy pesado por momentos, a hard rock de los ‘70, pero también tuvo en ocasiones la dulzura del pop ingles. Es un grupo que hay que escuchar por si mismo para poder sacar alguna conclusión acerca del estilo que hacen, pero sería como querer meter toda el agua de los océanos en una tasita de té. Si algún día pueden presenciar algún show de ERUCA, solo prepárense para disfrutar y empacharse de buena música, hecha por virtuosos de sus instrumentos.
Por Tano Masutti
